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– En la mañana del sábado 23 de enero en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid       

– Niños y mayores  participaron de la música en vivo dirigida por Silvia Sanz Torre con Goyo González como narrador

– Un concierto de música clásica, de cine y de dibujos animados con orquesta de juguetes, orquesta sinfónica o ambas al mismo tiempo 

– Con la alegría y vitalidad de ediciones anteriores y cumpliendo con las restricciones de aforo e interpretes que impone la pandemia

El sábado 23 de enero cientos de familias volvieron a reír y a disfrutar al son de la música… al son de Música y Juguetes, el concierto que cada año ofrecen la Orquesta Metropolitana de Madrid y el Coro Talía junto a un montón de juguetes impacientes por dejarse oír bajo la batuta de Silvia Sanz Torre en el escenario del Auditorio Nacional. El presentador de radio y TV Goyo González fue, como en cada edición, el animador y narrador de este concierto con guion y arreglos musicales de Alejandro Vivas.

Con todas las medidas

El concierto se realizó con todas las medidas de seguridad necesarias para prevenir contagios por COVID-19: restricciones de aforo, mascarillas, distancias tanto en el escenario como en los asientos del público… El Coro Talía, reducido a la mitad, y una orquesta menos numerosa no fueron impedimento para que esta singular propuesta, con sello original del Grupo Talía, tuviera el mismo resultado de siempre: un encuentro feliz en el que puede disfrutar toda la familia sin importar la edad.

Contra viento y nevada

Podría decirse que fue un concierto contra viento y nevada, pues, aunque la nieve ya no fue dificultad para llegar al Auditorio el día del concierto, sí lo fue para los músicos cuando tuvieron que acudir a los ensayos, que esta temporada se hacen con ventanas abiertas y con mucho frío, frío que fue gélido en los días previos al concierto, un esfuerzo que merece un aplauso añadido.

Un concierto atrevido

Se trata de atreverse a jugar con la música. Los juguetes con sus colores, sus sonidos imperfectos y sus timbres peculiares consiguen que el público de todas las edades dirija sus miradas al escenario con otros ojos (con juguetes se interpretaron El bolero de Ravel, que cada año abre el concierto, y la Barcarola de Los cuentos de Hoffman de Offenbach). Se trata, además, de que niñas y niños que acuden por primera vez a una sala de conciertos tengan la oportunidad de escuchar música clásica con una orquesta sinfónica (Danza Húngara nº 5 de Brahms, Septimino de Beethoven, vals de La bella durmiente de Chaikovski). Y, por último, se trata también de que mayores y pequeños se identifiquen con lo que escuchan a través de canciones de dibujos animados y bandas sonoras de cine que han marcado la infancia de distintas generaciones, un recorrido por el que aparecen personajes infantiles de todas las épocas, desde Heidi, Marco o la Abeja Maya hasta Lady Bug y Cat Noir.  

 

Una aventura fantástica con guiños a nuestro día a día

El compositor y pedagogo Alejandro Vivas fue el autor de los arreglos musicales y adaptaciones de música clásica para su interpretación con juguetes y también del cuento musical con el que Goyo González introdujo como narrador cada una de las obras del programa. Como siempre, situó la historia en la Isla de Keke, una isla móvil que surca los mares impulsada por un géiser y que habitan unos seres musicales llamados Jonsuis (se pronuncia con “j”). Esta isla y sus habitantes son los protagonistas de su serie de cuentos musicales Kekeñas Krónikas. Como en otras ocasiones, el pedagogo y compositor salpicó la narración de juegos de palabras y guiños a la realidad que vivimos como la pandemia y la borrasca Filomena.  

El cuento

La isla de Keke navega por el Estrecho de Miras para llegar a tiempo al Festival de Jonsuivisión cuando del géiser que propulsa la isla comienza a salir un humo rosa y soporífero que deja dormido a quien lo respira. Los Jonsuis se protegen con unas improvisadas mascarillas FPP (Fabricadas con parche de pandereta), se encierran en sus casas y se comunican entre ellos a ritmo de bolero (Bolero de Ravel). Los Jonsuis, especialmente el Jonsui Riff, se ponen en marcha para averiguar la causa de la extraña humareda… 

Los sucesivos episodios de la aventura dieron paso a las diferentes obras del programa. La Pantera Rosa había sido, sin querer, la causante del humo. Se había dado un baño en las cálidas aguas del géiser y perdió el color. El hielo y la nieve fueron el último obstáculo para los Jonsuis tras toparse en su viaje con la borrasca Mortadela que combatieron con éxito gracias al potente ritmo de una batucada. 

Los bises

¡Y colorín colorado, este cuento se ha acabado! Así terminó el cuento y el concierto. No del todo. Faltaban los bises: el animado Cancán de la ópera Orfeo en los Infiernos de Offenbach, que Goyo González bailó enérgicamente y el público acompañó con palmas, y la famosísima canción Baby Shark, un fenómeno en las redes sociales, cuya coreografía también bailó el público. Y, como despedida, Silvia Sanz volvió a preguntar “¿Estáis listos niños?». El público contestó “¡Sí, mi capitán!”  y se repitió una de los popurrís más coreados cada año, con Bob Esponja, Caillou y Dora, la exploradora, como protagonistas. 

¡Quién dice que no vienen bien ratos como estos en tiempos difíciles! Con todas las precauciones, eso sí. Música y Juguetes fue, un año más, una mañana alegre y distinta endulzada con el mejor jarabe, la música.